La adolescencia no es fácil. Es una etapa difícil en la relación padres – hijos. En la mayoría de los casos en la adolescencia aparecen etapas de rebeldía y de alejamiento, e incluso oposición a los padres, esto hace que la relación sea aún más complicada debido a los cambios orgánicos y a la evolución de la sociedad.
A pesar de las dificultades que puedan presentarse, nada dice que no se pueda disfrutar esa etapa de la vida. La Psicóloga Paquita Brito, del Instituto de Neurociencias de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, dice que es importante que haya un círculo familiar positivo donde los valores y el diálogo se impongan, para que la conducta del o la joven sea acorde con la normativa familiar y su adolescencia pase un poco desapercibida en relación con los otros grupos sociales.
"En épocas anteriores los adolescentes también huían, corrían, se metían en problemas, porque el adolescente está en una situación donde están todos los sentimientos; se hacen eco, salen cosas nuevas, por ejemplo los caracteres sexuales, los gustos y, entonces, eso hace que la persona se sienta como una licuadora, removida de afectos", sostiene Brito.
La especialista señala que la unión y el amor familiar es importante para afrontar esta etapa de todo ser humano. El padre y la madre deben amarse, tenerse respeto, para que los hijos aprendan a respetarse y a respetar a los demás; también, los padres deben respetar a sus hijos, desde pequeños; no violar su intimidad. El diálogo siempre debe ser con altura guardando siempre la cordura, no es cuestión de prohibir sino razonar y hablar; deben valorarlos y atraerlos al núcleo familiar, que sepan que tienen un eje afectivo para evitar que sean mal influenciados, destaca la psicóloga.
"El diálogo y el reconocimiento de las faltas en las que se haya incurrido deben ser actitudes reflexivas con el hijo, acercándose, abriéndose y diciéndole: "YO ESTOY AQUÍ", he cometido un error pero cuenta conmigo; eso es importante, siempre se puede remediar y si no lo logran deben acudir a un profesional que les dé la mano para remediarlo", sostiene la Dra. Brito.
Lo trascendente es que los valores, el diálogo y los ejes de sentimiento y cultura no se pierdan "cuando uno quiere a la patria, comete menos errores porque se siente identificado con sus tradiciones, esto le da la identidad personal al adolescente y en la familia pasa igual", concluyó.