Fue inaugurado y bendecido por orden del Libertador Simón Bolívar, el 27 de abril de 1823., y posteriormente, en el año de 1888, pasó a ser administrado por la Junta de Beneficencia de Guayaquil, con el objetivo de ayudar a las personas de escasos recursos económicos.
Es considerado un lugar emblemático de Guayaquil y uno de los cementerios más representativos de América Latina. En octubre del 2003, fue nombrado Patrimonio Cultural Nacional, mediante decreto del Ministerio de Educación y Cultura, tanto por su arte como por su valor histórico.
Las esculturas del Cementerio Patrimonial son auténticas joyas arquitectónicas con estilos barroco, neoclásico, renacentista y moderno, atravesar sus puertas es entrar a un museo con un arte imponente de sepulcros que desbordan suntuosidad. Sobresale el color blanco en su majestuoso conjunto arquitectónico, que tiene mausoleos y altares, de diversos diseños y formas geométricas.
En las aproximadamente 17 hectáreas de extensión, se encuentran más de 500.000 tumbas de diferentes tipologías funerarias. Se destacan las de Presidentes y Vicepresidentes de la República del Ecuador, Próceres de la Independencia, así como las de artistas, poetas, deportistas que dejaron su huella en la historia ecuatoriana.
En la actualidad es un museo abierto visitado por turistas visitan durante todo el año, especialmente de Estados Unidos y Europa. Ofrece cuatro rutas de recorridos turísticos: Artístico, Literario y Musical, Próceres y Presidentes, Esculturas, Personajes.
"Este Cementerio está ligado permanentemente a su historia y esperemos que siga dándonos su riqueza, su mensaje a lo largo de los siglos", expresó Carlos Espinel, gerente del Cementerio Patrimonial de la Junta de Beneficencia.
En sus 192 años, este camposanto continúa dando cristiana sepultura a los ecuatorianos y es un legado que se convierte en un ejemplo representativo del arte en la ciudad de Guayaquil.