Con las peticiones recibidas a través de las redes sociales de la Arquidiócesis y una misa en memoria de aquellos niños que por diferentes circunstancias no llegaron a ver la luz, Mons. Luis Gerardo Cabrera y Mons. Giovanni Picciolli, bendijeron el acto de sepultura de 11 nonatos y neonatos, cuyos cuerpos fueron entregadas por diferentes hospitales y clínicas a la Arquidiócesis de Guayaquil o a los cementerios de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, instituciones que por segundo año consecutivo se sumaron a la iniciativa del movimiento católico “Bebés en los corazones de Jesús y María”
El emotivo acto se llevó a cabo en el Panteón Metropolitano, lugar donde la Junta de Beneficencia donó un cuerpo para nichos exclusivamente para estos nonatos que en su mayoría han sido abandonados. Se estima que más de mil cuerpos se recogen anualmente de diferentes centros de salud.
Mons. Cabrera resaltó el compromiso y amor a la vida de aquellas instituciones como la Junta de Beneficencia, que hacen posible que aquellas madres que se sientan identificadas puedan tener un lugar simbólico donde elevar una oración por su hijo no nacido o fallecido al nacer y puedan vivir el duelo gestacional.
Luego de la misa se procedió al rito de la sepultura cumpliendo así el propósito de darles una cristiana sepultura a estos angelitos cuya vida latió durante el tiempo que estuvieron en el vientre materno.
Al finalizar, se hizo el develamiento de la imagen de la Virgen de los niños nacidos y no nacidos, obra hecha por el artista Jorge Velarde y donada por Paola Cesa. La virgen será colocada al pie del mausoleo de nichos y se elevó al cielo un rosario con globos blancos.
