Diario El Telégrafo, Guayaquil. La entidad contribuye a disminuir la contaminación ambiental y prevé propuestas para el MSP.
Antecedentes
Desde 1997, cuando el Ministerio de Salud Pública creó las Normas de Manejo de Desechos Hospitalarios, la JBG aplica las reglas acorde a cada unidad médica u hospicio que dirige.
Hace un mes, desde que la empresa Vachagnon dejó de recoger los desperdicios que generan las casas de salud de la JBG, contrataron a Gadere, para realizar este trabajo.
Una semana dedicará la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) a la campaña “Buenas prácticas en el manejo y reciclaje de desechos hospitalarios”, que se desarrollará desde el 13 hasta el 17 del presente mes. Esta busca que el personal que labora en las 4 unidades médicas que posee y el hospicio Corazón de Jesús se involucren y conciencien a la comunidad.
En este trabajo mancomunado que está institucionalizado hace 8 años colaboran el personal administrativo, de salud, pacientes y familiares con el objetivo de crear una cultura de reciclaje y buen manejo de los desechos que se generan a diario para disminuir la contaminación en el medio ambiente.
Freddy Matamoros, coordinador general de desechos hospitalarios de la JBG, resalta que el trabajo que realizan se basa en las normas del Ministerio de Salud Pública (MSP) en cuanto a generación, clasificación, recolección, almacenamiento, transportación y tratamiento final, mejorándolo en el proceso de seguridad y cuidado del ambiente.
A esto se agrega el perfeccionamiento del proceso de clasificación, que les permite reciclar cartón. La basura común se la lleva Vachagnon, mientras que 450 kilos de desechos son incinerados en el crematorio del hospital Lorenzo Ponce y 1.050 los retira la empresa Gadere, debido a que se rebasó la producción de desperdicios.
La basura que se calcina es pesada previo al ingreso de las 2 cámaras que posee el crematorio. Estas funcionan a 800º y 1.200º centígrados para completar el proceso, explica Nilo Maldonado, jefe de mantenimiento del centro siquiátrico.
Maldonado dice que por ahora la cremación es la mejor opción “porque a través del calor se incinera haciendo partículas pequeñas y humo inactivo e inocuo. Las cenizas pueden ser usadas como relleno”.
Actualmente, los técnicos de la JBG analizan el uso de tecnologías más amigables con el ambiente, como el autoclavado con trituración o con químicos, para desactivar el contaminante y así la empresa recolectora pueda retirar los desechos junto con la basura común. Para ello necesitan máquinas especiales.
Entre tanto, internamente el personal se capacita sobre la clasificación de la basura según el color de la funda. En la roja son recolectados los desperdicios contaminados o restos humanos, mientras que en la negra van los comunes como el papel, explica Rita Toala, secretaria de enfermería.
En el caso de los recipientes de medicamentos, inyecciones, bisturí y demás instrumentos cortopunzantes, son colocados en “guardianes” -recipientes de cartón especial-, dice Finlandia Sabando, enfermera instrumentista de quirófano por más de 38 años en el hospital Roberto Gilbert.
Cada funda cuenta con un sticker que identifica el área de donde procede, lo que sirve, asegura Matamoros, para identificar de qué lugar viene el problema, en caso de presentarse.
Dentro de los estudios que realiza la coordinación de desechos hospitalarios buscan erradicar el uso de termómetros de mercurio, ya que al quebrarse generan alta contaminación por ser un metal pesado. Serán reemplazados por digitales o de contacto.
Asimismo, incentivan el uso de pilas recargables y el reciclaje de las normales y también las baterías de celulares porque contaminan el suelo.
Los temas abordados y muchos más se expondrán en las unidades médicas de la JBG, en el siguiente orden: lunes 13, Lorenzo Ponce; martes 14, Luis Vernaza; miércoles 15, Roberto Gilbert; jueves 16, hospicio Corazón de Jesús; y viernes 17, maternidad Enrique Sotomayor.
Por la experiencia adquirida se prevé proponer al MSP mejoras en las normas para desactivar los desechos hospitalarios, como dejar de usar hipoclorito de sodio (lejía y cloro), debido a que el vapor es nocivo para la salud, además, porque al mezclarlo con las aguas servidas las contamina.
Otra de las falencias que demuestra esta técnica es que no cumple su objetivo si los guardianes están colmados de elementos y porque el fenómeno de capilaridad no lo permite.
Recursos de reciclaje son para empleados
Todas las áreas del hospital Roberto Gilbert están comprometidas con el reciclaje de cartón. Los ingresos que genera su venta se invierten en beneficio de los empleados para las festividades de fin de año.
A estos recursos se suman los que resultan de la venta de las películas de las radiografías y del líquido del revelado, que son requeridos por los joyeros para extraer el nitrato de plata que contiene, porque, también, evita la contaminación.
Las bodegas de reciclaje se encuentran en la parte posterior del hospital, donde se almacena hasta tener una gran cantidad para ser vendido.
Freddy Matamoros, coordinador del manejo de los desechos de la JBG, comenta que esto permite incentivar a cerca de 120 empleados, en retribución al trabajo que emprenden durante el año, pero están excluidos los médicos y jefes de área.
El funcionario adelanta que para el próximo año se adicionará el reciclaje de plásticos, ya que es un material que también se genera en grandes cantidades, y porque es un elemento de difícil degradación en el ambiente.
Tomado de diario El Telégrafo, 11 de julio de 2009.