Diario El Telégrafo, Guayaquil. Ministra Chang comprometió aportes para mantener única unidad especializada de la región.
Antecedentes
Primero se creó el Manicomio Vélez manejado por las hermanas de la Caridad y regentado por el Municipio.
El 3 de febrero de 1881 el Concejo de la ciudad entrega a la Junta de Beneficencia el edificio donde actualmente funciona la entidad, tras la donación del lugar por parte del señor Lorenzo Ponce, por lo que lleva su nombre.
Con la finalidad de dar comodidad y calidad en el servicio al público que acude a la consulta externa del Hospital Siquiátrico Lorenzo Ponce, ayer las autoridades de la entidad y la ministra de Salud, Caroline Chang, inauguraron el área ubicada en la Av. Pedro Menéndez Gilbert, junto al Cementerio General.
La unidad de 450 metros cuadrados, donde se atiende diariamente a cerca de 300 pacientes con diversas patologías mentales, a un costo mínimo de US$ 5, cuenta con una sala de espera, que brinda comodidad a los visitantes durante el pago de la consulta y la espera de la atención clínica.
Además, tiene 350 metros cuadrados de área de jardinería.
Fabrizio Delgado, director Técnico del hospital, menciona que luego de un estudio se demostró que el servicio debía ser mejorado, basándose en la reducción del tiempo de espera, del trámite, una mejor atención, charlas instructivas para los familiares, entre otros detalles que harán que el paciente se sienta mejor y el acompañante se eduque sobre la enfermedad para así evitar el abandono.
Vale destacar que dentro del proceso, la farmacia de la entidad ofrecerá medicamentos sicotrópicos comerciales y algunos que solo la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) tiene, porque están elaborados bajo pedido, acorde a las patologías que se presentan.
“Esa farmacopea bien amplia estará disponible para todos los pacientes de las diferentes regiones del país”, señala Delgado.
Para Óscar Orrantia, director de la JBG, es imperante el cambio en la atención de los enfermos mentales y la educación de sus familiares.
“En la siquiatría moderna, la familia debe colaborar con el paciente, debe darle el calor que necesita y no dejarlo tirado en un hospital”, recalca el funcionario.
Esto en referencia a los cerca de 600 internos que permanecen en abandono, en la entidad.
En busca de la modernidad, Orrantia resalta que en un tiempo máximo de 3 años, el siquiátrico se transformará en un Hospital de Neurociencias, para lo que se espera contar con aportes internacionales, apoyo gubernamental y el rubro que reciben por la venta de sus productos.
Otro proyecto es la creación de una red de siquiatría comunitaria, donde los galenos visiten a los pacientes en sus domicilios, para lo que espera aunar esfuerzos con los municipios y el Ministerio de Salud Pública. Iniciará en Guayaquil y luego continuará en otras provincias.
En su intervención, la ministra Chang felicitó a los directivos de la JBG por el trabajo que realizan en la región, al reconocer que la siquiatría es un servicio que no ha crecido.
Además, porque dan cumplimiento de la Constitución al atender pacientes con enfermedades mentales y problemas de adicción, que son discapacitados.
Por ello, ratifica el respaldo del Gobierno y el MSP para fortalecer los servicios, apoyados con el diagnóstico de las discapacidades, actividad que emprenden con la Vicepresidencia.
Tomado de diario El Telégrafo, 26 de agosto de 2009.