Diario El Telégrafo, Guayaquil. En la obra se usa nueva tecnología de construcción. El lugar contará con paneles solares. Con la experiencia obtenida en el Cementerio General, la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) construye la primera fase del Panteón Metropolitano, en 5 hectáreas de las 15 que posee, en el km 8 de la vía Perimetral.
Aprovechando la topografía del terreno (cerro), las vertientes naturales y el entorno, se construyen los primeros tres niveles, donde resaltan muros de contención de 25 centímetros de espesor y 4 1/2 metros de altura que soportarán cada terraza.
En el sector bajo, donde se encontró roca, se niveló el área para habilitar el ingreso, que ya cuenta con un portal elaborado en concreto.
En esa misma área, actualmente se construyen las primeras criptas -de las 20.000 previstas-, distribuidas en dos y tres niveles. Luego se las cubrirá con tierra y césped, a fin de que tomen la forma inclinada del terreno.
También se instalan edificios que contendrán 4.000 bóvedas alrededor de los muros de contención, las que constan de 6 filas de alto.
Mientras que en las vías de acceso se construirán catacumbas, que serán decoradas con piedras de la zona simulando estar incrustadas en la colina, informó Carlos Espinel, coordinador de los cementerios de la JBG.
Las catacumbas se dividen en generales, de 40 bóvedas, un altar y 12 nichos; y las familiares, que se diferencian al tener 20 cúpulas.
Esta forma de construcción se usa por primera vez en el país, destacó Espinel, tras mencionar que sumado a las criptas y bóvedas prefabricadas, traídas de los Estados Unidos, representan un ahorro del 75% del costo de inversión, aún cuando no especificó el monto.
La obra está avanzada en un 40%, por lo que se prevé finalizar su construcción en marzo de 2010.
Para Fernando Illingworth, inspector de los cementerios y miembro del Directorio de la Junta, el uso de esta nueva tecnología de construcción les permitirá ofrecer servicios a precios módicos, a fin de que puedan ser adquiridos por personas de diferentes estratos sociales.
Illingworth destacó que el molde prefabricado es hermético y evitará la contaminación del terreno y del ambiente, al impedir las filtraciones de los lixiviados, es decir de los líquidos producidos cuando el agua traspasa cualquier material permeable, además de la fuga de los gases que eliminan los cadáveres en el proceso de descomposición.
“El lixiviado se depositará en la tierra poco a poco, a través de un filtro que está en la base”, explicó el inspector.
También impedirá el ingreso de los excedentes de agua lluvia que puedan generarse en la etapa invernal.
Lo destacable del proyecto es que, basado en el estudio de impacto ambiental y con la asesoría de los especialistas de Cerro Blanco, recupera el ecosistema al sembrar árboles nativos como el guachapelí, guayacán, amarillo y otras variedades.
Asimismo, se benefician de las vertientes naturales que tiene el cerro, pues solo en las áreas donde se trabaja se ha construido ductos cajones para recolectar el agua que baje por los canales.
“Hemos respetado la naturaleza y lo que ella había hecho en el cerro”, destacó Illingworth. Otro aporte ecológico será el uso de paneles solares para la iluminación del panteón, estos se colocarán en las partes altas para tomar la energía del sol.
El área contará con un camino perimetral, que facilitará el trabajo logístico en el cementerio, y un puente peatonal para el paso de los vecinos de la zona. Con ello, no interrumpirán la estadía de los usuarios, que gozará de una ruta exclusiva, y parqueo para 600 vehículos.
Dentro de los servicios que brindará cuenta con las salas de velaciones y una capilla para acoger a 100 personas.
Ante estas características, Walter Mendoza, vicepresidente del Colegio de Ingenieros Civiles del Guayas, aseguró que es correcta la armonía que se busca en la edificación, porque se usa la naturaleza con acertadas adaptaciones del hombre.
También opinó que la ubicación del camposanto es estratégica y permitirá aliviar el colapso del Cementerio General y dar atención a la ciudadanía que habita en el noroeste de la urbe.
Cementerio General llegó al límite
Para cubrir la gran demanda en el Cementerio General, la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG) optó por soluciones verticales de crecimiento, en medida de las posibilidades técnicas y económicas, dijo Fernando Illingworth, inspector de los cementerios.
Él reconoce que el lugar ha alcanzado el límite de crecimiento, por ello, basado en las políticas mundiales de cementerios, sabe que estos no deben ser grandes, sino construirse en las zonas que lo requieran.
No obstante, recordó que el área patrimonial, desde la puerta 3 al noroeste, no ha sido cambiada en su estructura y que en busca de su preservación se realizan reuniones con la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural para elaborar reglamentos de control y cuidado.
Así lo ratificó la titular de esa cartera, Inés Pazmiño, tras manifestar que se buscan planes emergentes en el ámbito paisajístico y la creación de una ordenanza para la preservación del patrimonio en el cementerio, la que se sociabilizará con el Municipio de Guayaquil. Pazmiño destacó que han asesorado en el tema de crecimiento.
Antecedentes
En septiembre de 2008 comenzaron los trabajos de movimiento de terreno para la edificación del nuevo cementerio.
En diciembre de 2008, tras un concurso entre los compradores de los productos de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, se lo designó con el nombre de Panteón Metropolitano de Guayaquil.
Tomado de diario El Telégrafo, 28 de septiembre de 2009.