Diario El Telégrafo, Guayaquil. A través de la institución se garantizará la calidad del producto y se fijará un costo único por pinta.
ANTECEDENTES
En Ecuador, la Cruz Roja se creó en 1910, debido a la probabilidad de un conflicto armado con Perú.
Un grupo de médicos de Guayaquil se reunieron en el salón del colegio nacional Vicente Rocafuerte para tomar medidas ante el eventual conflicto armado.
En 2008, en Ecuador se consumieron alrededor de 120 mil unidades sanguíneas, según registros del Ministerio de Salud Pública.
A partir del 5 de noviembre el país contará con el primer banco de sangre nacional, (hemocentro) creado por la Cruz Roja Ecuatoriana a un costo de tres millones de dólares, financiados por el Ministerio de Salud Pública. La edificación se ubicará en Carapungo, al norte de la capital.
Este se convertirá en la matriz de los 35 bancos existentes a nivel nacional y, además, será el encargado de validar el producto sanguíneo antes de su utilización, para lo cual cuenta con un moderno equipamiento.
En los próximos cinco años, la Cruz Roja Ecuatoriana deberá devolver el monto invertido en la obra, en producto sanguíneo. El compromiso es entregar 16.660 unidades sanguíneas, que en dinero representan 500 mil dólares anuales, explicó el jefe del Programa de Sangre del MSP, Gonzalo Rivadeneira.
Las unidades sanguíneas se destinarán a los bancos de sangre dependientes del ministerio.
El primer desembolso ya se entregó en mayo de este año, puesto que el convenio inició en marzo de 2008, señaló el coordinador del hemocentro, Carlos Burneo.
El beneficiado directo será el usuario, quien ya no tendrá que pagar cantidades que superan los cien dólares por unidad (pinta), sino que obtendrá el producto en casi la mitad del valor anotado.
La centralización del manejo del producto servirá para garantizar su calidad y estandarizar los precios de distribución. “Al ministerio le cuesta 30 dólares, pero el costo varía según la clínica”, afirmó Rivadeneira.
Sin embargo, aún no se ha planteado cuál será el precio final, ya que esta variación, que va desde los 30 dólares pero que puede superar los 100, responde a la calidad de los insumos de trabajo. “Si utilizamos una sola marca, ya se puede establecer un precio único, ya que no debe importar la posición social de quien requiere los productos sanguíneos”, sostuvo.
Para el director de medicina transfusional del Banco de Sangre, de la Junta de Beneficencia de Guayaquil, Román Ochoa, no solo los bancos pequeños deben funcionar como depósitos, ya que esta actividad -denominada servicio de medicina transfusional- debe estar en áreas específicas. “Cerca de la unidad de cirugía de un hospital debe existir por el grado de emergencia”, dijo.
Pese a que se muestra de acuerdo con que el hemocentro esté orientado a garantizar la calidad y a regular costos, Ochoa opinó que no se podrá cubrir la demanda del país, que supera las cien mil unidades, debido a las distancias. “Se debe extraer la sangre en Guayaquil y enviarla a Quito para que la procesen y luego regresarla a la provincia. Esto no es pertinente bajo el punto de vista técnico”.
A decir de Burneo, el proceso será más rápido, ya que la información se encuentra en red. “Estaremos conectados a través de computadoras y así llegarán los resultados a las diferentes provincias de manera más eficiente”.
Ochoa insistió en que sería más útil construir hemocentros en las ciudades principales y permitir que los bancos provinciales funcionen como hasta ahora.
Durante este mes, el hemocentro validó, aproximadamente, 300 pintas de sangre y su capacidad de almacenamiento es de hasta 6 mil unidades sanguíneas.
Su maquinaria puede realizar 400 pruebas, 75 tipificaciones por hora y tiene capacidad para recibir hasta 200 donantes. “De esta manera se cumple con los procesos obligatorios, que son tipificación directa, inversa, rastreo e identificación de anticuerpos irregulares”, subraya el coordinador.
Los bancos de sangre del país deberán seguir captando donantes, pero todo el producto recaudado llegará a la nueva institución para su aprobación. “El hemocentro recibirá una muestra de la sangre para evaluarla; luego se envía el informe que indica que puede ser despachada o debe ser desechada”, manifestó Rivadeniera.
Entre las innovaciones está la exportación del producto sanguíneo. Dentro del proceso de fraccionamiento de la sangre se obtiene el plasma, cuya duración puede ser de hasta un año si se lo refrigera adecuadamente, mientras que la sangre tiene una duración máxima de 40 días.
Bajo estas condiciones, los derivados del plasma sanguíneo se enviaron a Argentina a inicios de este año y se espera realizar un nuevo envío en diciembre. “La exportación, en el sentido económico, es ilegal, sin embargo, el Ministerio nos concedió un permiso para hacer un trueque de productos con ese país”, aclara el representante de la Cruz Roja.
La ubicación del hemocentro responde a dos factores estratégicos, ya que está cerca al aeropuerto y las vías rápidas que permiten desplazamientos sin entrar a la ciudad. “También evita que la gente venga a pedir la sangre y lo haga a través de los bancos”, destacó Burneo.
GONZALO RIVADENEIRA
Jefe del Programa de Sangre del Ministerio de Salud
“Al Ministerio de Salud le cuesta treinta dólares, (cada unidad), pero el costo varía según la clínica”
ANÁLISIS
BENJAMÍN PUERTAS
Director de maestría en Salud Pública de la Universidad San Francisco de Quito
El proyecto da rectoría al MSP
Uno de los problemas que tiene el sistema nacional de salud ecuatoriano es que está fragmentado, que significa que hay instituciones que actúan independientemente. En 1986, una ley entrega a la Cruz Roja la responsabilidad del aprovisionamiento de sangre y hemoderivados; en ese momento se entrega una competencia que debería ser del Ministerio de Salud como autoridad sanitaria. En 2008 se rescata el derecho a la salud y la rectoría de la autoridad sanitaria nacional y bajo este panorama era necesaria la creación de una infraestructura para asumir el manejo de la sangre y sus derivados.
La construcción del hemocentro es una forma de retomar la competencia del MSP sobre el maneio de sangre. Por otro lado, la carencia de esta institución implicaba un costo adicional a aquella familia que, además de sufrir la necesidad del producto, debía buscar la manera de satisfacerla.
Un hemocentro nacional sectoriza el procesamiento de sangre en el país e implica control de calidad, además estandariza normas y procedimientos sobre los bancos que hay para que no afecte a los receptores. Asimismo, se establecerían procesos a seguir para alcanzar mejores resultados.
Tomado de diario El Telégrafo, 30 de octubre de 2009.