Diario El Universo, Guayaquil. El sol, un parque, casas, árboles, rocas, un cerro y una nave son los objetos que forman parte de la pintura abstracta titulada por su creador, Jaime, Un lugar en un planeta.
Este paisaje “medio extraterrestre”, como dice su autor, estará expuesto hoy junto con otros 30 cuadros en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, en la muestra Píntame una sonrisa, realizada por el hospital psiquiátrico Lorenzo Ponce.
Este paisaje “medio extraterrestre”, como dice su autor, estará expuesto hoy junto con otros 30 cuadros en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, en la muestra Píntame una sonrisa, realizada por el hospital psiquiátrico Lorenzo Ponce.
Esta no sería la primera vez que las pinturas de Jaime son expuestas, puesto que se trata de la vigésimo sexta muestra en la que participan las obras de los pacientes que acuden al taller de arte recreativo de la institución, y en el que Jaime pinta desde hace más de 20 años.
Esta área, que se mantiene abierta desde hace 36 años, busca que los pacientes recuperen varias habilidades que por su enfermedad (en la mayoría esquizofrenia) han disminuido o anulado, explicó la jefa del área de rehabilitación integral, Jenny Alvarado.
Las obras de Antonio también han estado en museos y galerías. Su estilo al pintar es realizar líneas verticales; y mientras lo hace dice que piensa en casas y aviones que quisiera comprar con el dinero que ganará por su arte.
Su voz aguda y pausada no refleja los 50 años que asegura tener. Pero sabe que quiere a una mujer que lo quiera y se preocupe por él y que él pueda hacer lo mismo por ella.
Rosalía es otra interna que presentará sus cuadros. El que más le gusta es un florero que tiene margaritas y rosas, pintado con acrílicos. En él usó los colores con los que más trabaja: el rosado, celeste, amarillo y verde.
Con su mirada puesta en un punto fijo de la habitación explicó otra de sus pinturas. Es una cabaña con un lago que tiene dos cisnes besándose y una pareja caminando abrazada.
Sonríe y se avergüenza cuando dice que los enamorados de su obra le recuerdan al compañero que tuvo antes de entrar al hospital.
Además de los pacientes que pintan, otros llegaron al taller para ayudar a enmarcar los cuadros, algunos hechos en cartulina con crayones o pasteles de óleo y otros hechos en plywood con pinturas acrílicas.
El pintor Uzhca, quien dirige el taller desde sus inicios, mencionó que ese es el espacio para que los pacientes se olviden de las enfermedades que tienen. Y que hay buenos trabajos que han sido vendidos. Considera que las obras deben estar expuestas en todas las entidades que regenta la Junta de Beneficencia de Guayaquil.