(Diario El Universo, Guayaquil) En 1948 solo había cuatro salas de hospitalización, más un área para pacientes quirúrgicos, una de preparto, dos quirófanos y un departamento de Neonatología. Sesenta y dos años después, la maternidad Enrique C. Sotomayor cuenta con otros servicios acordes a la demanda actual de pacientes.

Este centro de salud materno-infantil ha incorporado nuevas áreas para prematuros y pensionados, para la atención de pacientes privados.

Ayer, en su aniversario, las autoridades de la Junta de Beneficencia inauguraron una sala de recepción del pensionado.

“Con esto se dará una mejor calidad de atención a las pacientes que acuden a la clínica de la institución, que forma parte de la autogestión de la Junta de Beneficencia y que significa recursos para ayudar a los que no tienen”, manifestó Luis Hidalgo, director técnico del hospital.

Luego de la bendición del espacio, por parte del capellán Eduardo Peñafiel, se realizó una sesión solemne en el auditorio de la institución.

Werner Moeller, director de la Junta de Beneficencia, resaltó que “la maternidad fue creada con el aporte humano y económico de personas como Enrique Sotomayor Luna.

Fue en su honor –recordó Moeller– que se le puso el nombre a la institución, pues entregó alrededor de dos millones de sucres –las dos terceras partes de su fortuna– para las labores solidarias de la Junta.

Agregó, que la institución ha atendido 1’977.000 pacientes en el lapso de 62 años de servicios, “se podría decir uno de cada diez ecuatorianos”.

Condecoraciones
Durante el acto solemne de aniversario se entregaron diplomas a los empleados con más años de servicio.

En la lista se destacaron Luz Amapola, quien lleva 41 años como auxiliar de enfermería; Segundo Morejón, con 49 años en el área de limpieza. También constan la química Ninfa Lazo, quien tiene 52 años en el Laboratorio; y el ginecólogo Manuel Zúñiga, con 45 años.

El último diploma fue para el ginecólogo Francisco Estrada Valle, quien fue el más aplaudido del auditorio por cumplir 56 años en la institución.

Estrada, médico guayaquileño, estuvo emocionado. Una lágrima asomó mientras recordaba sus inicios, cuando tenía 22 años. Hoy, a sus 83, asegura haber perdido la cuenta de cuántos niños ha traído al mundo.

Sin embargo, recuerda con alegría que ha estado presente en cuatro partos de trillizos y ha atendido dos embarazos abdominales (que se desarrollan fuera del útero).

Una de sus mayores satisfacciones ha sido recibir a sus cinco nietos y dos bisnietos.

Con una sonrisa en su rostro, Estrada afirmó que aún no piensa retirarse. “Seguiré trabajando hasta cuando tenga fuerzas”, aseveró.