Diario El Telégrafo, Guayaquil. La sala tiene capacidad para 44 pacientes, distribuidos en 37 camas y 7 cuartos aislados con monitores. El hospital Luis Vernaza inauguró ayer la nueva sala de Servicios de Medicina Crítica. El propósito es brindar una atención especializada a los  pacientes críticos con riesgos de complicaciones graves, bajo el cuidado de un personal altamente capacitado.

El director técnico del hospital, Antonio Ortega Gómez, señaló que la obra se realizó con recursos propios de la Junta de Beneficencia de Guayaquil (JBG), con un monto aproximado a los US$ 12’000.000.

“El hospital Luis Vernaza inaugura su nueva unidad de Cuidados Intensivos, ya que cuenta con tecnología de punta. Es una de las obras más importante del país en este campo, no solo por la calidad y capacidad de los médicos que tenemos. Hemos integrado nuevos elementos al equipo: médicos, paramédicos, enfermeras y profesionales afines a la medicina”, señaló.

Manifestó que en el hospital funcionaban 3 áreas de cuidados intensivos disgregados en diferentes sectores, como el pabellón Valdez, emergencia y observación.

“Si bien las dos unidades, tanto la de Valdez como la de emergencia, funcionaban bien (…) teníamos un talón de Aquiles que era observación de emergencia, porque no eran Cuidados Intensivos pero se comportaba como tal. Es decir, su organización no era la que deseábamos todos. Había una organización llevada a la práctica y que la íbamos haciendo a medida que iba funcionando, pero no era lo ideal, había consumos excesivos, cuidado del enfermo, pero no el apropiado, pero tenía que optimizarse”.

Ortega indicó que la UCI, como también se denomina la sala,  tiene capacidad para 44 pacientes distribuidos en 37 camas y 7 cuartos aislados con sus respectivos monitores y ventiladores equipados con tecnología de última generación.

“Creo que esta es una obra de orgullo, es un punto intermedio para avanzar en la modernización”
Además, cuenta con estaciones de enfermería centrales de monitoreos, bodega de equipo de enfermería y terapia respiratoria y posee un viaducto para el traslado de los pacientes hacia los quirófanos del pabellón Valdez.

Señaló que los beneficios que dará la unidad a los pacientes en estado crítico son dar una mejor atención, disminución de los días en cuanto a la recuperación,  reducción de los costos por optimización de recursos y un ambiente de trabajo adecuado para el personal.

“Creo que esta es una obra de orgullo, este es un punto intermedio para avanzar en la modernización de este hospital. Se trabaja desde hace muchos años en la renovación de la entidad, pero ahora viene el cambio galopante que esperábamos todos. La fisonomía del hospital va a fluir, ya no será el hospital cuadrado estático que venía funcionando. Ahora será redondo y va a funcionar de acuerdo a las circunstancias y exigencias de los pacientes”, aclaró.

En el acto de inauguración del nuevo espacio al que se dieron cita decenas de galenos, Werner Moeller, inspector del hospital Vernaza, recalcó que la implementación de la sala es una obra que marca la diferencia.

“Porque es el lugar que necesitaba el hospital para salvar vidas y dar a los pacientes más necesitados la misma atención que les damos a aquellos que están en capacidad de pagar más”, dijo.

Enfatizó que, en lo que va del año, en la entidad se han inaugurado varias obras, pero “ninguna como esta”.

Está seguro de confiar en el equipo que lidera, porque sabe responder con compromiso, actitud y liderazgo en lo que tiene que ver con el servicio de salud.

Luis González Zambrano, encargado del área de Cuidados Intensivos, dijo que la JBG tiene la obligación y misión de dar asistencia médica a las personas  más necesitadas. “No creo que haya centros médicos que superen las nuevas instalaciones que se acaban de estrenar. Es un orgullo para todos los que hacemos la JBG, y en especial para los médicos”, indicó.

En el área se atiende a los pacientes en estado crítico.

Tomado de diario El Telégrafo, 28 de octubre de 2008