Diario El Telégrafo, Guayaquil. Los implantes de células madre permitieron que personas con lesiones graves en la columna se recuperen. Hace tres años Jimmy Beltrán Salazar, ahora de 25 años, soldado del Ejército Ecuatoriano, no imaginó que dejaría de caminar, pero así le sucedió después de recibir un disparo que lesionó su columna vertebral.
“Estaba en Cuenca cumpliendo mis actividades militares y recibí un disparo que me perforó el pulmón y lastimó mi columna. Pasé 15 días en coma, hasta que me de-sahuciaron, pero de ahí salí”, recuerda Jimmy, mientras realizaba ejercicios de rehabilitación en el área de fisiatría del Hospital Luis Vernaza.
Pasó dos años postrado en una silla de ruedas pensando que jamás volvería a caminar, y eso lo frustraba y lo inducía a la depresión, hasta que conoció del implante de células madre, pidió toda la información, conociendo los riesgos y beneficios. Decidió operarse, pero encontró la resistencia de sus padres, pero al final “a la familia le expliqué que es por mi bien, porque lo mismo da estar sentado sin hacer nada, que intentar algún método”.
Fue en octubre del año pasado que intervinieron a Jimmy, ahora junto a 80 compañeros, se esfuerzan y disfrutan de los buenos resultados.
Poco a poco han recuperado la sensibilidad en las extremidades, control de los esfínteres de la vejiga y del ano, lo que les permite volver a sentirse personas independientes porque ya no hacen sus deposiciones como bebé, describe Laura Flor, jefa de medicina física y rehabilitación.
A lo que anota Jimmy “si no se pone voluntad, no se está en nada. Así como estoy siempre busco más metas, porque la medicina avanza y hay que seguir intentando ¡hasta morir!”, cita con orgullo y coraje.
Galenos y pacientes señalan que en estos casos siempre es importante contar con el apoyo de la familia, porque son quienes dan el soporte cuando parece que la motivación decae, menciona Mario Izurieta, jefe de Traumatología.
Esto es confirmado por Diana Maldonado, novia de Jimmy, quien lo acompaña a las terapias físicas y de pareja. “Siempre le recuerdo que si Dios le devolvió la vida, él tiene que continuar”.
Izurieta recuerda que desde el 2006 se practican las intervenciones a los pacientes con traumatismos raquiomedular -lesión de la columna vertebral- bajo el auspicio de la Junta de Beneficencia que destinó un rubro en esta investigación que da excelentes resultados.
Los 80 intervenidos obtuvieron beneficios al recuperar la movilidad y fuerza de las piernas, manejo y sensibilidad de los esfínteres, y la función sexual. “Aunque es un paso pequeño, pero es un avance muy grande para los pacientes, porque antes de esto (implantes) no había nada en el mundo entero”, cita.
Las células madre que se utilizan son autólogas, se extraen del mismo paciente, se procesan y escogen las mejores para ser inyectadas. Esta técnica no presenta rechazos, infecciones o complicaciones adversas, manifiesta Ernesto Peñaherrera, jefe de cardiología.
Cabe señalar que se registraron 3 casos de implantes con respuesta nula y aunque no existe certeza de la causa, Izurieta expresa que la forma del trauma es uno de los factores. “Esto ocurre cuando el proyectil de arma de fuego destruye todo el tejido. Lo que sabemos de balística es que la lesión no es solamente por el objeto, sino por una onda expansiva que lesiona muchas otras partes”.
Infórmate +
Para más información, los interesados pueden ingresar a la página www.jbg.org.ec, link Salud – Hospital Luis Vernaza. También pueden llamar al 2560300 ext: 2606.
A través del link donaciones pueden aportar para estas y otras causas.
Tomado de diario El Telégrafo, 10 de junio de 2009