Diario El Comercio, Quito. La lactancia ayuda a reforzar el sistema inmunológico del niño. Evita desde infecciones hasta problemas de cáncer. Sus pequeñas manos juguetean con la colchita amarilla que lo envuelve. Aún no puede distinguir los colores, pero sus ojos están fijos en los de su mamá. Nació hace apenas 12 horas y casi por instinto se aferró al pecho de su madre.

“Tenerlo cerca es un vínculo especial. Sé que  me escucha cuando le hablo y siente mi calor”, cuenta Leonor Castro,  mientras acurruca al bebé en sus brazos.  Todavía no decide cuál será el nombre, pero en la banda que rodea su muñeca resalta: Manuel. “Es temporal, hasta pensarlo”.

Apenas se desprende del pecho, suelta un leve gemido. Poco a poco, su llanto sube de tono y se mezcla con  el lloro   de otros recién nacidos que ocupan la sala Santa Catalina, en la maternidad Enrique Sotomayor de Guayaquil.   “Llora cuando tiene hambre y hace un rato fue  porque le pusieron la vacuna. Pero  le hago un cariñito y se tranquiliza”.

Un par de camas más adelante, Gaby Neira observa a su hijo, el primero. “Cuando lo tuve  quise llorar”, cuenta, mientras lo   acerca  a su seno. “Es grande. El día que nació pesó 4 300 gramos”.

Aunque le cause dolor en el seno, Neira sabe que la lactancia es la mejor fuente de nutrición para su pequeño. Durante los primeros seis meses de vida es el único método de alimentación recomendable. Lo recalca la Organización Mundial de la Salud, que en estos días celebra la Semana de la lactancia materna.

La doctora Piedad Cedeño, jefa de Docencia de la Maternidad Sotomayor, asegura que la leche materna contiene  carbohidratos, proteínas, grasas y vitaminas que el niño necesita para reforzar su sistema inmunológico.     “La leche del seno contiene los anticuerpos de la madre que   ayudan  al bebé a resistir las infecciones. Lo pueden proteger de más de 10 000 enfermedades”. Se puede evitar desde infecciones por virus hasta problemas de cáncer. 

La doctora Marián Daza afirma que la tendencia actual de las madres es dar leche en biberón, “algo negativo. Si se lo acostumbra al biberón, el niño no va a aceptar el seno. Con la punta de su lengua va a tapar el pezón y va a obstruir el flujo de la leche. Eso     perjudicará a su salud a futuro”. Y agrega que tampoco es recomendable darles leche de tarro, al menos hasta los siete meses.

La doctora Rosa Valle explica que entre los dos y cuatro días después del parto, la lactancia es fundamental. En ese lapso, la madre segrega una sustancia (calostro), rica en inmunoglobulinas  vital  frente a infecciones que pueden atacar al organismo.

A diario, la maternidad Enrique Sotomayor atiende unos 100 nacimientos. En las salas, tras el dolor del parto, las madres contemplan a sus pequeños mientras los amamantan.

La directora técnica de esa casa de salud, Patricia Pacheco de Hurtado, asegura que la principal ventaja de la lactancia es la relación afectiva madre-hijo. “El contacto corporal, a través de la piel, y el contacto visual aumenta el autoestima en la madre y le da seguridad al pequeño”.

Los beneficios

Cada toma   debe ser de 10 minutos por cada seno. Dos minutos es el tiempo que demora entre acercamiento del bebé y la expulsión de la leche.
En los cinco minutos  siguientes se obtiene el 80% de la leche que el bebé necesita. Y luego se obtiene la leche posterior, rica en grasas.
 
Las mujeres que  amamantan a sus hijos  pierden mucho más rápido el peso ganado durante el embarazo.

Tomado de diario El Comercio, 30 de agosto de 2009.